Se
conjuró la noche,
para
vivir su magia
y las
estrellas brillaban
en
nuestro templo de Azla...
Se preparó la noche,
con su
altar de coral
para
recibir a la luna
tan bella
... Saliendo del mar...
Los
luceros... estaban tristes
lanzando lágrimas al mar
pues nuestra boda preciosa
no ha
conseguido acercar
las dos
orillas en una
donde
poderse besar....
Se asomo
la luna
saliendo
majestuosa
del
horizonte del mar
y nos buscó en nuestra orilla
más no
nos pudo encontrar
La luna se
sintió triste
y
pregunto a las estrellas
a las
olas inquietas del mar
y aquel
lucero pequeño
y una
estrella fugaz
le hablo
de nuestra tristeza
por no
poderla contemplar
abrazados
en la misma orilla
donde nos
vieron jurar
el amor
eterno que grabo el cielo
en aquel
altar del mar
Y la
luna.... quedo pensando
como podría
compensar
la
tristeza en nuestros ojos
el alma
encogida del llanto
por
volvernos a separar
por la
burocracia estúpida
que no
nos deja avanzar...
Y comenzó
a crecer y a brillar
y su luz envolvió
dos orillas
la de
Valencia y Tetuán...
ambos
miramos el cielo
como la
noche del juramento
las almas
se vuelven abrazar
jurando
la luna a los novios
volvernos
acariciar
en la
noche de año nuevo
en
nuestra orilla del mar
Allí...
tenemos una cita
con
estrellas y luceros
en ese
altar de coral
con
nuestra estrella del cielo
Volverá a salir la luna
inmensa
como lo es el cielo
para
bendecir las almas
con el
juramento eterno.
Poeta
Azalea Emy Vallés Gil (c) un suspiro llamado tetuan2018